Con el propósito de compartir experiencias en torno a los sistemas de salud pública en la región, particularmente el de Chile, la Internacional de Servicios Públicos (ISP) junto a la Asociación Paraguaya de Enfermería (APE), llevaron a cabo este interesante webinar en el marco del proyecto Union to Union.
La actividad fue inaugurada por Laura Benítez, Asistente de la Oficina Sub Regional de la ISP y Mirna Gallardo Presidenta de la Asociación Paraguaya de Enfermería, quien recalcó que “el proceso de reforma en Paraguay debe ser tomado como una gran oportunidad para definir de manera participativa el sistema de salud que queremos. Las enfermeras constituyen un importante porcentaje de la fuerza laboral de salud, es por ello que deben participar activamente de dicho proceso”.
La pandemia -agregó- nos ha demostrado que se necesita, más que nunca, tener un sistema de salud fuerte, transparente y capaz de dar respuestas universales rápidas e integrales. “Necesitamos un sistema de salud que sea capaz de responder cabal y oportunamente a las urgencias, a las emergencias, a las enfermedades y complejas, pero que al mismo tiempo sea capaz de rehabilitar, prevenir y promover la salud”.
El primer expositor fue el doctor Ariel Dubarry, asesor técnico de la Dirección General de Desarrollo de Servicios y Redes de Salud (DGDSYRS), quien ofreció un breve panorama de lo que se está haciendo en Salud Pública en el país.
“Nuestro actual sistema salud, creado en el año 1996, cuenta con varios subsistemas, con diferentes fuentes de financiamiento, que no interactúan entre sí, es decir, es un sistema fragmentado y segmentado. Además, se gasta mucho en lo curativo, pero poco en promoción y prevención de la salud”, indicó.
Teniendo esto en cuenta, señaló, el Ministerio de Salud ha estado impulsando un modelo de atención centrado en la atención primaria, a través de la Unidad de Salud de la Familia, que actualmente tiene una cobertura del 32%. “Es decir, cerca de un 70% no tiene cobertura de atención primaria y cuando necesitan una atención, van directamente al hospital”.
Por ello, precisó que el objetivo número uno del gobierno es aumentar el porcentaje de cobertura de la atención primaria, teniendo como meta llegar al 50% para el año 2023. “Y ahí darle énfasis a la prevención, sobre todo teniendo en cuenta que hoy en día la mayor parte del gasto se va a procesos curativos o de rehabilitación”.
A su juicio, en el último tiempo se ha estado trabajando con énfasis en estos aspectos, por ejemplo, haciendo una importante inversión en infraestructura en atención primaria, capacitando a los equipos de salud que integran este modelo de atención y fomentando la descentralización. Lamentablemente, expresó, estos esfuerzos se han detenido a causa de la pandemia.
A modo de conclusión, coincidió con Mirna Gallardo en que el proceso de reforma debe ser ampliamente participativo. “Todos tenemos que entender cómo funciona nuestro sistema, para poder decidir cuál sería el modelo que queremos. No hay una receta que podamos copiar exactamente de otro país, porque nosotros tenemos características bien particulares. Pero es muy necesario conocer otras experiencias”.
Por su parte, Matías Goyenechea, académico de la Universidad de Chile, Magíster en Salud Pública, presentó la exposición “Desafíos en los procesos de reforma de salud”, en la que abordó distintos enfoques en política de salud, cómo es el sistema de salud en Chile y algunas recomendaciones para el proceso que se está llevando en Paraguay.
“A nivel de discusión política, es importante tener en cuenta dos grandes lineamientos o formas de entender los procesos de reforma. Por un lado, hay un pensamiento neoliberal, que sigue teniendo fuerza, sobre todo en las instituciones ligadas al mundo financiero, como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que han delineado o han promovido ciertas políticas, como también hay otro tipo de actores, tales como las agencias internacionales como la OPS o la OMS, que buscan ampliar el acceso y cobertura de salud. Estos dos polos, en términos de ideas, han alineado los procesos de reforma en la región”, señaló.
Asimismo, advirtió que en las discusiones de reformas muchas veces se cuelan pensamientos que promueven la desregulación, liberalización y privatización de servicios públicos, dando espacio para que el mercado aumente su rol dentro de los sistemas sanitarios. Por lo tanto, es fundamental poner atención sobre ello. “Este tipo de política se expandió fuerte en los 90’, pero hasta el día de hoy uno puede encontrar, de forma transformada, este mismo discurso; el gasto público focalizado en la población más pobre, acciones de salud de menor costo y mayor eficacia monetaria y financiamiento a un conjunto de priorizados, como medidas de salud pública”.
Si bien, cada país de la región tiene elementos políticos, económicos, culturales, que hacen que sus sistemas de salud sean únicos, Goyenechea sostiene se pueden encontrar elementos que se han venido repitiendo, como la fragmentación y la segmentación en los sistemas de salud. “Asimismo, se han priorizado ciertos problemas de salud, en lugar de entregar cobertura universal, se ha fomentado la competencia y la participación del sector privado en servicios clínicos que son financiados con el servicio público y se han alentado las llamadas “asociaciones público-privadas”.
Respecto de las características específicas del sistema de salud en Chile, comentó que desde 1920 y hasta el golpe militar, tuvo una red pública muy potente. “No obstante, los procesos de neoliberalización generaron ciertas transformaciones importantes, que es relevante tener en cuenta, para que no cometan los mismos errores que cometimos en Chile”, recalcó. Entre ellos, mencionó cómo la Constitución 1980, en lugar de garantizar el derecho o acceso a la salud universal, se enfocó en garantizar la libertad de elección en salud, lo que favoreció la libertad económica más neoliberal.
“El Ministerio de salud instaló un discurso de que la salud depende de la responsabilidad individual, sin considerar el impacto de los determinantes sociales en la salud de los individuos. En Chile tenemos programas que hacen hincapié en eso, como “Elige vivir sano”, pero en realidad uno puede elegir vivir sano, en la medida que tiene el dinero suficiente para hacerlo, pero eso es ocultado en este discurso. En otras palabras, la libertad de elección depende de la capacidad de pago individual”, enfatizó.
Para finalizar, señaló que las discusiones de reforma deben enfrentarse teniendo claro cuáles son los principios por los cuales se quieren orientar. “En Chile, hemos ido llegando a una conclusión de 4 o 5 principios. El primer pilar debiera ser la universalidad, es decir, que haya acceso para toda la población; en términos de financiamiento, debiera primar una lógica de solidaridad, es decir, que se logre un flujo de recursos de las personas con mayores ingresos y menor riesgo de enfermar hacia las personas con ingresos más bajos y con mayor carga de enfermedad; gratuidad, en el sentido de dar acceso a la salud, independiente de la capacidad de pago y; que ante igual necesidad, exista igual acceso a atención de calidad, sin un sesgo de inclusión de los problemas de salud de cada persona”.
Al término de la actividad, la presidenta de las enfermeras paraguayas, dio a conocer el Boletín APE te informa, esfuerzo conjunto entre el sindicato y la ISP en el marco del protecto Union to Union.
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