La Asociación Paraguaya de Enfermería es un gremio con conducción mayoritaria de mujeres empoderadas por cierto, y eso genera diversos tipos de agresiones a sus dirigentes, desde difamación, calumnias e injurias, hasta persecución y acoso moral, en el lugar de trabajo o fuera del trabajo. Las enfermeras dirigentes han batallado contra este tipo de agresión en diferentes formas y en diferentes competencias y jurisdicciones de un poder judicial que también tiene los vicios de una sociedad patriarcal y que no acepta el protagonismo de las mujeres.

Alta dirigencia del gremio inician una demanda por acoso moral en una batalla por defender y resguardarse de ataques sistemáticos y persecución. Ejercer el liderazgo y la defensa de los derechos laborales de la profesión tiene un alto costo en el país, un gremio fortalecido y pujante impone mucho a la dirigencia.

Los ataques por las redes fueron tan fuertes a través de perfiles falsos atacando al honorabilidad de las dirigentes ante estos hechos las verdaderas lideras valientes y firmes han iniciado una demanda por difamación lográndose la condena en primera, segunda y tercer instancia hoy se encuestar firme la sentencia y en proceso de ejecución.

Otro hecho que destacar es la maratónica lucha llevada adelante cuando una de las principales dirigentes de la enfermería paraguaya era destruida de su cargo luego de 7 años de batalla judicial se logra la victoria con el memorable fallo de la Excma. Corte Suprema de Justicia

Estas son las luchas que enfrentan las dirigentes de la APE, las visibles en el Poder Judicial, pues, hay otras, que también son jurídicas, como el pago justo de la tasa de sustitución en materia de jubilación a las enfermeras que han cumplido con sus aportes en dos instituciones, además, de las negociaciones llevadas adelante en interminables debates a fin de conseguir un modelo salarial coherente a la actividad de las enfermeras y que incluye la desaparición del uso de influencia para resolver méritos, aumentos salariales discriminativos, y vulnerar los derechos de quienes se capacitan y han ganado experiencia en su difícil labor diaria. Enfermeras todas, ante estos ejemplos, no tengan miedo a defender sus derechos, los derechos se ejercen.