EDITORIAL

A UN AÑO DEL INICIO DE LA PANDEMIA DEL COVID EN PARAGUAY LA SITUACIÓN ES CADA VEZ MÁS CRÍTICA Y PREOCUPANTE.

Por Mirna Gallardo
Presidenta de la APE
mirnagallardo@yahoo.com.ar

A un año del inicio de la Pandemia del COVID en Paraguay la situación es cada vez más crítica y preocupante. Los paraguayos esperábamos el fortalecimiento del Sistema Nacional de Salud ante la crisis que se visibilizaba y que llegaría a nuestro país afectando gravemente a su población. Es sabido que el Parlamento Nacional aprobó al gobierno nacional un presupuesto de 1.600 millones de Dólares, endeudando a todos los paraguayos. El fin de esta multimillonaria deuda era prepararse para afrontar las siguientes etapas y garantizar a la población servicios más adecuados y una atención digna con respeto a la equidad y a los derechos humanos, y así mitigar en alguna medida el impacto de la falta de inversión en salud por décadas.

Hoy podemos expresar desde la Asociación Paraguaya de Enfermería, que la situación del país no es la esperada a pesar del dinero aprobado para afrontar la Pandemia.  La falta de medicamentos, insumos, infraestructura y recursos humanos imprescindibles para la atención a los usuarios sigue siendo pobre e insuficiente.

La deficiente gestión gubernamental y la vigencia de la corrupción e impunidad en el país han privado a los paraguayos de acceder a un mejor servicio de salud y enfrentar con dignidad y eficiencia la Pandemia.

A un año de esta crisis la población se encuentra agobiada; existe un alto porcentaje de familias paraguayas asfixiadas económicamente por los gastos en salud y la caída de empleos decentes.  Los trabajadores de salud están cansados y agotados; más de 60 profesionales de salud han fallecido, varios en terapia intensiva y hay cientos de contagiados en la primera línea de atención.

Si bien en este momento se dispone de los equipos de protección individual en forma adecuada, esto sigue siendo insuficiente para la protección y seguridad del personal de salud.

Debido a la insostenible situación en los Hospitales y al reclamo cada vez más creciente de las familias de los enfermos de COVID por la falta de medicamentos, la APE, FENAE y Gremios de Enfermería   han tomado la drástica determinación de llevar adelante una serie de movilizaciones exigiendo al gobierno nacional la urgente provisión de medicamentos e insumos para la asistencia a la población. De esta manera, se inicia una serie de movilizaciones en diferentes puntos del país con el fin de sensibilizar y llamar la atención del Gobierno y las autoridades nacionales.

A mismo tiempo, familiares de pacientes expresaban la misma necesidad, dejando de manifiesto el gran gasto de bolsillo que representaba para las familias paraguayas un paciente en terapia intensiva.

Esta pandemia ha puesto en evidencia las carencias del sistema de salud, la necesidad de serias transformaciones, de una inversión sostenida y un crecimiento vegetativo planificado.

Nos encontramos en uno de los picos más elevados de contagio, de mortalidad y la más alta ocupación de camas de UTI e internación y aun así, no podemos dimensionar cual será el impacto que ocasionará en el país.

El equipo de Enfermería se encuentra cansado, agotado; muchos sin percibir pago por el turno nocturno ni seguridad social. A esto se suman las últimas noticias que ponen al descubierto aumentos millonarios a un grupo de privilegiados funcionarios de la cámara de senadores y seguros médicos vip para el ministerio de obras públicas. Mientras, el 50 % de las enfermeras de la primera línea no cuentan con ningún tipo de seguro de salud.

Pese a todo la resiliencia de las enfermeras les mantiene de pie enfrentado con todas sus fuerzas a esta pandemia.