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LA VACUNACIÓN FRENTE AL COVID-19, UN RETO PARA LAS ENFERMERAS

por Dr. Jose Luis Cobos – Vice Secretario General del Consejo General de Enfermería de España.

Hace ya algo más de un año que estamos inmersos en esta terrible pandemia del COVID-19. Prácticamente desde sus inicios esperábamos que algún día no muy lejano tuviéramos al alcance de nuestra mano una vacuna que nos ayudara a poner freno, ante la tragedia que estamos viviendo. El virus se cebó con nuestros mayores y además de una forma cruel, ya que sus familiares no podían ni siquiera despedirles como ellos quisieran. En ocasiones vimos como un día tras otro, las cifras nos asustaban y nos preguntábamos cómo era posible que aquellos que tanto habían dado a lo largo de su vida, ahora se iban sin ni siquiera poderles acompañar. Seguramente durante largos años viviremos las consecuencias de este no poder despedir como se merecían, a nuestros seres queridos.

Y la vacuna llegó, pero no de la misma forma para todos. Durante largos meses, los científicos y los laboratorios nos anunciaban que estaban haciendo todo lo posible para que las vacunas llegaran en un tiempo récor y que se aseguraría que todo el mundo tuviera acceso a ellas. Sin embargo, hemos podido comprobar que nuevamente los aspectos económicos han primado sobre otros. Si hicieron pre-contratos para intentar asegurarse un número x de dosis, pero al final el mejor postor, quien podía pagar una mayor cantidad de dinero, es quien tuvo antes y mayor acceso a las vacunas.

Y una vez en los países, también nos dimos cuenta de que a pesar de establecer criterios más o menos objetivos para poder llevar un orden lógico, algunos intentaban y hasta conseguían saltarse el orden. Era curioso. En un principio parecía que habría que hacer una gran campaña para convencer a la población y a los sanitarios de la importancia de ponerse la vacuna. Por ti y por los demás. Pero curiosamente el hecho de que algunas personas, entre ellos principalmente políticos, se quisieran adelantar a su turno, seguramente ha hecho que muchos quieran ser los primeros.

En España comenzamos la campaña de vacunación del COVID a finales de diciembre del pasado año y estos 3 primeros meses hemos conseguido vacunar al 90% de las personas institucionalizadas; aquellas a las que atacó más de cerca. Y además al personal sanitario que cuida de ellos, así como a quienes están en primera línea cuidando de los pacientes COVID. Se oyen voces de quienes dicen que ahora es el momento de que vacune todo el que pueda: además de las enfermeras y médicos, los farmacéuticos o incluso los veterinarios… Sin embargo, es preciso decir que lo que faltan no son manos para vacunar, sino vacunas. No es momento de reivindicar nuevos espacios competenciales para quienes no les corresponden estas funciones profesionales. Es momento de potenciar la labor enfermera, verdaderos profesionales de la salud quienes durante todos los años se ocupan de las campañas de vacunación. Las enfermeras y enfermeros somos el pilar fundamental en estas acciones preventivas. Es fundamental empoderar la labor enfermera y contar con nuestro colectivo para poner en marcha estas campañas de vacunación, estrategias y políticas sanitarias de prevención. Las enfermeras son las líderes de los cuidados. Y como agentes de salud de primera línea que además permanecen junto al paciente las 24 horas y los 7 días de la semana, debe priorizarse su vacunación.

Aún tenemos grandes retos y desafíos por delante si queremos vencer esta batalla contra el virus, pero desde luego si los gobiernos no cuentan con las enfermeras en sus políticas sanitarias será muy difícil.

Igualmente necesitamos de la solidaridad entre los países y la colaboración, casi desinteresada diría yo, de los grandes laboratorios que tienen que producir las vacunas. No podemos permitir el negocio “oculto” en las circunstancias actuales. En los momentos más críticos vimos a personal sanitario y otros profesionales de sectores esenciales que lo estaban dando todo. Lo mismo debe ocurrir ahora para que lo demos todo y hagamos llegar las vacunas cuanto antes y de forma accesible a todo el mundo, sin hacer negocio de ello.

Pero la vacuna no lo es todo. Sabemos que no es infalible. Debemos seguir concienciando a la población de la necesidad de mantener por un largo tiempo aún, las medidas preventivas. Uso de mascarilla, higiene, distanciamiento social. Sobre todo evitar convivir durante largos periodos de tiempo en espacios cerrados y no ventilados con personas no convivientes. Es fundamental que hagamos llegar a la población nuestros mensajes con un lenguaje sencillo y comprensible y sobre todo hacerles partícipes de la corresponsabilidad.

Y por último hagamos una llamada a políticos, gobiernos y población en general para que SIGAMOS CUIDANDO A QUIENES TIENEN QUE CUIDAR. Sin ellos no lograremos vencer a este virus.