El Trabajo Decente, está definido por la Organización Internacional del trabajo (OIT) como el trabajo productivo para los hombres y mujeres en condiciones de Libertad, Equidad, Seguridad Social y Dignidad Humana.
El Trabajo Decente, está definido por la Organización Internacional del trabajo (OIT) como el trabajo productivo para los hombres y mujeres en condiciones de Libertad, Equidad, Seguridad Social y Dignidad Humana.
Esto significa la oportunidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de trabajo y la Protección Social para todos, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los trabajadores expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas, y garantice la igualdad de oportunidades y trato para todos, mujeres y hombres.
El trabajo decente sintetiza las aspiraciones de las personas durante su vida laboral. Estos objetivos deben existir para todos los trabajadores, tanto en la economía formal e informal, en el empleo asalariado, o trabajando por cuenta propia, en las ciudades y en el campo, en la producción agrícola o en las fábricas, en su hogar o en la comunidad. En nuestro país, la continua falta de oportunidades de Trabajo Decente, la insuficiente inversión y el bajo consumo producen una erosión del Contrato Social Básico subyacente en nuestra sociedad definida como democrática: el derecho de todos a compartir el progreso.
La creación de empleos de calidad sigue constituyendo un gran desafío para nuestra economía. Para conseguir el desarrollo económico sostenible, el gobierno de nuestro país debería crear las condiciones necesarias para que los trabajadores y trabajadoras accedan a empleos de calidad, estimulando la economía sin dañar el medio ambiente. Crear oportunidades laborales para toda la población en edad de trabajar, con condiciones de Trabajo Decentes con aumento de la productividad laboral, la reducción de la tasa de desempleo, especialmente entre los jóvenes