EL TRABAJO ES PARTE INSEPARABLE DE LA DIGNIDAD HUMANA

La antropología cultural nos enseña que el trabajo es parte de la esencia y la singularidad del ser humano, justamente con la capacidad de aprendizaje y el lenguaje articulado. Por eso el trabajo debe ser realizado en condiciones de libertad y de respeto pleno de los derechos humanos. El trabajo es parte inseparable de la dignidad humana, negado en la etapa de la esclavitud y en los diferentes sistemas que irrespetan la dignidad humana y violan los derechos humanos. Es importante destacar que la Doctrina Social Cristiana, considera que el trabajo tiene prioridad con relación al capital, sabiendo que el capital es trabajo acumulado y de carácter instrumental, mientras el trabajo es la actividad específica y creativa del ser humano, donde pone en juego su propia dignidad, y consecuentemente su libertad. Por eso, el trabajo siempre tiene una dimensión humana, que debe ser respetado por todo sistema socio económico, socio político y socio cultural.

En general, el pensamiento socialista-humanista, que integrala dimensión material y espiritual de la vida, y está centrado en el carácter subjetivo y objetivo del trabajo, sustenta el valor del mismo, asociando la libertad y la justicia social como argumento substancial para denunciar la explotación del trabajo en el sistema capitalista, que lo considera como simple mercancía, basado en la religión del mercado. Esa es la enseñanza fundamental que dejó Adam Smith – padre de la economía política y del liberalismo económico -, en su libro “La Riqueza de las Naciones”

Desde la Central Nacional de Trabajadores – CNT, seguiremos insistiendo en lograr para nuestros compañeros/as de todo el país la meta establecida de trabajo decente para todos/as los paraguayos/as. Es una premisa difícil de} alcanzar a diario pareciera que se ensancha la grieta entre los poderosos y los trabajadores que deben conformarse con empleos precarios y de baja calidad teniendo en cuenta que deben sustentarse a sí mismos y su núcleo familiar.

El sector Salud no escapa de los efectos nocivos que impone el mercado dentro de un marco de desregulación donde genera de algún modo contratos personalizados o precarios, por ejemplo, atención domiciliaria, cuidados de personas, entre otras tareas que no siempre cuentan con las garantías que establece el Código Laboral y el M.T.E. y S.S.

El trabajo decente no es una utopía, está regulado por cinco Principios y derechos fundamentales: a) Libertad de asociación y negociación colectiva. b) Rechazo del Trabajo forzoso en cualquiera de sus formas. c) Erradicación del Trabajo infantil. d) No a cualquier forma de Discriminación en el trabajo e) Cobertura de Seguridad y Salud en el trabajo.

Trabajo decente es en realidad un concepto que busca transmitir el ideal en un mundo globalizado, que todo hombre o mujer, tenga un empleo digno. Los términos «empleo» y «trabajo» se utilizan como sinónimos como forma de acepción coloquial, para facilitar la nomenclatura.

Para alcanzar esa categorización del término decente, es poder mostrar una categoría de oportunidades de un trabajo que además de productivo y dignificador retribuya con una contraprestación o ingreso, que permita afrontar todo lo concerniente a manutención, salud, vestido, contando con la cobertura de seguridad en el lugar de trabajo y protección social para sus respectivas familias, generando posibilidades ciertas de lograr desarrollo personal e integración garantizada a la sociedad productiva, disfrutando de libertad para expresar sus opiniones, formas de organización, formación superior y publicaciones colectivas.

El trabajo decente permite múltiples abordajes o enfoques, es posible interpretar que cada colectivo laboral presenta particularidades propias de su naturaleza por la tarea desempeñada, algunas con mayor grado de individualización o por tener un objeto material de alta inserción social, como la salud y la educación.

Sin ánimo de ser reiterativo, el trabajo decente, no se logra por decreto, tampoco es una cuestión de expresar un deseo, es una construcción política social de la cual deben participar gobierno – empleadores – dirigentes sindicales. Como toda construcción debe ser sistémica, secuencial e ininterrumpida. Las condiciones para que dé la calificación de trabajo decente, la completan, el contexto de productividad, libertad, equidad, seguridad, dignidad, respeto a los derechos laborales, remuneración acorde a su formación y la seguridad social. La ausencia de cualquiera de estos elementos, configuran la no existencia del Trabajo Decente.

En pleno Siglo XXI, reclamar el derecho al trabajo decente pareciera como algo obvio, sin embargo representa una meta a alcanzar, los números de personas que cuentan con un empleo de calidad, distan muchos del ideal que como dirigentes sindicales podemos trazarnos y sin embargo seguimos peticionando a las Autoridades para que se incluya como una Política de Estado que toda persona pueda contar con la oportunidad de ganarse el sustento mediante un trabajo elegido con el que pueda sentirse realizado en lo personal, profesional y además le signifique justicia por el esfuerzo realizado.

Es importante el anclaje social de nuestra realidad al analizar el trabajo decente, el hecho de contar con un empleo, no significa meramente contar con un salario a fin de mes que nos permita vivir dignamente, también aparecen, el sentimiento de la realización y seguidamente el respeto social del cual se es destinatario al contar con esa categoría de empleo.

El Salario justo dignifica y posiciona al sujeto: se debe tener en cuenta para su aplicación: tiempo dedicado a la tarea, experiencia, habilidades desarrolladas, formación o calificación de cada trabajador.

Valoración: Debe garantizarse la participación de las personas trabajadoras en aquellos procesos de evaluación de cambios y toma de decisión de las empresas. El reconocimiento a los compañeros por la tarea realizada más el sentido de pertenencia o destino compartido en franca coincidencia entre empresa y empleados.

Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres: Es fundamental lograr esta meta, garantizando la igualdad de oportunidades en la carrera profesional, equidad en el salario, permisos de maternidad y paternidad, entre otros aspectos. Es importante mencionar que existe una brecha salarial entre hombres y mujeres, a modo de dato referencial, en México y Perú en 2016 fue del 8,3% y 9,3% respectivamente. En la Unión Europea, según datos de Eurostat, en el año 2015 el salario de las mujeres en la Unión Europea fue un 16,8 % inferior al de los hombres.

Salud y Seguridad en el Trabajo. Las empresas deben garantizar mediante su política funcional y de respeto a las normativas vigentes, Salud y Seguridad (SISO) de cada uno de los empleados, proveyendo los equipos apropiados (ergonomía) y brindando protección a las personas más vulnerables o las tareas que representen mayor riesgo o potenciales accidentes de trabajo. Según la Organización Internacional del Trabajo, cada día mueren 6.400 personas debido a un accidente de trabajo o por causa de una enfermedad profesional.

No debe existir discriminación: De ninguna índole o forma, de sexo, raza, religión, edad, discapacidad y orientación sexual. En todo el mundo, más de 93 millones de jóvenes (entre 15 y 24 años) estaban en la tarea de encontrar trabajo durante el año 2020 cifra que aumentó con la pandemia. Otro dato preocupante, 1 de cada 5 jóvenes no trabajan, no estudian ni reciben formación (datos de la OIT).

Formación – Calificación: Más allá de la formación que ya posee el trabajador contratado, éstos deben recibir en forma periódica y constante la adecuada formación e información que le permita realizar las tareas con calidad y precisión acorde al puesto. puesto.

Conciliación de tiempo de trabajo y descanso: Es fundamental para la salud física y mental del trabajador/a la cantidad adecuada de horas de trabajo y descanso. Cualquiera fuera la actividad o naturaleza gremial de la actividad. La compatibilización de la vida profesional con la vida laboral, debe apuntar al equilibrio. Uno de los flagelos de mayor cantidad de horas de trabajo por encima de los horarios asignados al descanso pudo observarse durante la pandemia, con los trabajadores docentes, quienes eran abordados por alumnos y padres durante todo el día, por los medios telemáticos, extendiéndose su jornada laboral.

El desarrollo sostenible y el trabajo decente

Se parte de una ecuación, cuanto mayor sea el número de personas que tengan un trabajo decente, el crecimiento económico será mayor (Aumento del PIB) Los ingresos permiten generar circulante en las economías regionales y mayor tributación fiscal para el estado.

Desde la Central Nacional de Trabajadores – CNT, coincidimos con el enfoque que diseñó el Programa de Trabajo Decente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con fundamentos precisos: a) Promover el empleo y las empresas; b) Garantizar los derechos en el trabajo; c) Extender la protección social; d) Fomentar el diálogo social.

Después de los años de crisis económica vividos en muchos países, por la recesión económica primero, luego por la pandemia de alcance mundial, las economías han comenzado a crecer, pero no con el crecimiento proporcional del número de empleos para los trabajadores que perdieron el propio, a esto se le debe sumar los niveles de informalidad y el aumento de trabajadores de la población infantil en el mundo quienes se ven obligados a trabajar para subsistir.

Aun a riesgo de parecer romántico, la dirigencia sindical del Paraguay debe trazarse objetivos ambiciosos tales como: Terminar con la pobreza extrema. El ingreso por persona al día es inferior a 1,25 dólares.

1. Hambre cero. El trabajo decente y el comercio justo son algunos de los pilares para erradicar el hambre.
2. Salud. Es fundamental reducir el número de muertes por accidentes de trabajo o enfermedades profesionales.
3. Educación de calidad. La educación es el aliado fundamental para el trabajo decente.
4. Igualdad de Género. Reducir a su mínima expresión la desigualdad de género. Remuneración: idéntico salario por un trabajo igual.
5. La inclusión Social de todas las personas, independiente de su edad, sexo, raza, nacionalidad, discapacidad, creencia o situación personal.
6. El consumo responsable. hábitos de consumo hacia un consumo orientado que permita la evaluación acerca de las condiciones en las que se ha producido un determinado artículo.

Compañeros y compañeras, pareciera por los números y los detalles que estamos muy lejos de alcanzar los objetivos pretendidos, sin embargo, se debe proyectar desde cada puesto de trabajo, de cada organización sindical, aportando ideas, sugerencias, denunciar sin temor ante las organizaciones y la autoridad administrativa, cuando se dan las violaciones de normas de bioseguridad contra compañeros, o constatamos situaciones irregulares o de riesgo de vida. También es imperativo reaccionar con firmeza, solidaridad y pertinencia ante cualquier atropello. ¡La lucha continúa . . .!