Por Ana María Paredes
anamaparedes@gmail.com
Antes de la Pandemia por COVID 19 no hubiéramos imaginado siquiera la gran relevancia que tiene la Enfermería en nuestras vidas y su incidencia en nuestra propia sobrevivencia. Me han preguntado ¿cómo ven los comunicadores a las enfermeras y enfermeros? y me gustaría mencionar que nosotros, antes que comunicadores somos humanos, y hemos vivido igual que todos los efectos de la pandemia.
Es por ello que, en estas líneas, más que definir cómo vemos a la Enfermería, quiero referir a cómo “sentimos” muchos de quienes hemos atravesado momentos duros, pero que los hemos sobrellevado con menos dolor por el acompañamiento de enfermeras y enfermeros. En mi caso, viví horrores por COVID 19: mi madre falleció, tres hermanos míos ingresaron a terapia y sentía que perdía a toda mi familia en una sola semana. Así que imaginen esta escena.
Pero, en medio de esta vorágine había un ser de luz para cada uno de nuestros seres queridos: las enfermeras y enferme-ros. Uno de mis hermanos, incluso relató durante su experiencia en terapia intensiva: “aquí se ve el rostro de María”, refiriéndose al servicio que brindaban los enfermeros y enfermeras en la sala que le tocaba estar, contó que uno a uno iba volteando a los enfermos, para que respirasen mejor, sin dejar de lado el delicado trabajo de la sanitación a cada uno de ellos. “Era el vivo reflejo del servicio al prójimo”, expresó mi hermano luego de salir de tan terrible trance. Y me tocó igualmente vivir ese servicio, con la enfermera que cuidaba con tanta paciencia a mi madre y hermanos, aún arriesgado su propia vida, diariamente los controlaba y medicaba, según las indicaciones médicas.
Por ello, mi percepción es que después de vivir este duro episodio sanitario mundial, nuestra mirada hacia las enfermeras y enfermeros es de agradecimiento y admiración por la gran labor desempeñada. El cuidado humanizado que tienen hacia los pacientes, tratando de entender sus emociones y percepción del mundo en momentos críticos, nos lleva a entender que la enfermería no es solo un trabajo técnico profesional, es un gran apoyo moral y sensible para todo enfermo que más que nadie necesita en esos momentos de solidaridad, empatía y amabilidad. Por tanto, aprovecho este espacio, que es de la Enfermería en el Paraguay, para agradecerles de corazón y decirles que no dejen de ser siempre humanos, pacientes y empáticos; eso nos da fuerza y valor a pacientes y familiares.